Mariposa de alas blancas, surgiste en el espejo entre el recuerdo, el olvido y los senderos abiertos. Vuelas conmigo incesantemente sin mostrar tu hermosura. Tres veces te mostraste sublime ante mis ojos. ¿Sólo tres? Quizás siempre. No supe verte. ¿No quise verte?
Mariposa-espejo, ¿qué dices? Quiero escuchar el cruce alado, aún no lo consigo. Lo intento. Intuyo tu existencia. Tus visitas, ¿han sido un sueño? No. Sé que no. Me persigo. Te persigo. Obsesión extasiada por tu Belleza no terrenal, a veces inhumana, cruel. Si no existieras, podría ser feliz en la mediocridad, en la ignorancia. Omnipresente siempre. Maldita seas. Odio tu Idea. No soy capaz de asirte y la ansiedad me ahoga. Condena eterna.
Serlo Todo. Placer celestial perfecto. Cada célula palpita agitando espíritu y cuerpo. Envuelta en doloroso éxtasis. Paralizada por tu presencia-ausencia. Vuelve. Muero por ese instante, renuncio a una vida cadáver. Te quiero. Deseada... ¿Real?
Te persigo, siempre.
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