sábado, 21 de septiembre de 2019

ENCUENTRO




Ahora eres tú. Sí, tú. Tú, mi faro, mi alegría y mi pena. 

Cuando pienso en el ahora, parece todo un sueño, pero no uno de película de fantasía, sino que me veo (y, por tanto, te veo) irreal en mi nueva realidad, me veo alejada de lo que soy (o de lo que creía ser). Sin embargo, ¿es el pensar más que cada momento vivido? El sueño es lo pensado, no lo vivido. Lo vivido es, parezca o no parezca verosímil. Así, lo vivido es lo real. Cosa diferente es recordar lo vivido y tamizarlo con nuestra subjetividad. Por ello, está claro que no soy ahora quien creía ser pues ahora estás tú y me cambias, inevitablemente. 

Sí, me has transformado y es una transformación elegida porque te he deseado, te he buscado y te he encontrado, siempre movida por el amor, siendo tú Amor mismo. Pese a ello, la transformación se da en la vida, siendo imposible anticiparse a aquello que supone porque no se puede asir la vida con antelación, con planificación, con racionalidad cartesiana, no. La vida se va haciendo, se va construyendo y no hay red, no hay seguridad completa en nuestros pasos. Y ahora, tú me has transformado. Todo mi mundo gira en torno a ti, por eso los convencionalismo sociales me disgustan más de lo habitual. Solo quiero volcarme en ti, en tus alegrías y tus penas pero está el otro mundo, ese mundo social que me reclama. ¿Podría alejarme de él?No, al fin y al cabo, ese otro mundo también forma parte del nuestro, nos complementa, nos aporta otra mirada, nos arropa e impulsa en muchas ocasiones, aunque, en otras, pretenda impedirnos el vuelo. No podemos ser solo tú y yo, no sería justo para ti ni tampoco para la mejor versión de mí misma. Así que hay que añadir la mutación de los que me rodeaban a esa transformación que has generado en mí . Eres como el Motor Inmóvil aristotélico: mueves sin ser movido. Eres Amor. 

No soy la que era. En estos primeros días en el que estás en tu individualidad concreta, me absorbes, me hipnotizas. Quiero estar siempre contigo y ello transforma mi actuar, mi vida, mi ser. Poco a poco convergerá mi nueva vida con la antigua, pero ahora la vida nueva es un huracán desbordado. Quizás hoy con estas líneas el huracán amaine.